Dead Rising 2: Se feliz matando zombis


Seguro que a muchos de ustedes les pasará, el hecho de que les guste tanto un juego al punto de disfrutarlo cada vez que lo juegan, y de ponerse ansioso por volver a jugarlo cuando están haciendo otra cosa. Bueno, eso es exactamente lo que me sucedió con Dead Rising. Recuerdo haberlo jugado por primera vez en la casa de un amigo, y matarnos de risa cada vez que le arrojábamos una pelota de fútbol a los zombis. De hecho, ese fue el juego que me convenció que debía hacerme de una Xbox 360 para jugarlo como corresponde.
Cuando finalmente adquirí la consola le dije a mi amigo que me prestara el juego. El accedió sin problemas, aduciendo la rídicula y frustrante dificultad que tenía. Pero ese desafío me obligó a jugarlo y empezarlo una y otra vez, hasta que finalmente lo pude completar.

En efecto, el exacerbado nivel de dificultad de Dead Rising no lo hace un juego para cualquiera. Sin embargo, todos los que pudieron pasar por encima este desafío extremo pudieron encontrar una aventura ridículamente divertida ambientada en un Shopping repleto de zombis, a los que podremos eliminar con cualquier cosa que encontremos, desde las ya mencionadas pelotas de futbol, pistolas, katanas, macetas, guitarras eléctricas, escopetas, en fin, la lista sigue.

Luego de un tiempo de espera largo, Capcom finalmente lanzó a la venta su secuela, un juego que no se va mucho de lo que ya había establecido la primera parte, sumándole una serie de elementos que sin lugar a dudas potencian mucho más su jugabilidad. Dead Rising 2 se situa un tiempo después de la primera parte y nos presenta a un nuevo protagonista, un ex campeón de motocross llamado Chuck Greene. Chuck tiene dos problemas muy serios, en primer lugar perdió a su mujer durante una invasión zombi en Las Vegas y en segundo lugar su pequeña hija Katey sufrió la mordedura de uno de estos comecerebros, por lo que debe aplicarle asiduamente una dosis de un medicamento llamado Zombrex, que elimina momentáneamente los elementos de la “zombificación”.

Claro que este remedio no es nada barato, razón por la cual Chuck debe participar en un decerbrado reality show llamado Terror is Reality, donde un grupo de competidores batallan por eliminar la mayor cantidad de zombis en menos tiempo. Luego de uno de estos programas, por culpa de un explosión, intencional, de la que la prensa hace responsable a Chuck, un brote zombi se desata en la ciudad de Fortune City, donde Terror is Reality se lleva a cabo.

Chuck y su hija logran llegar al refugio pero ahora él está en la obligación de encontrar más medicina para Katey y buscar evidencia de que él no fue el responsable de abrirle la puerta a los zombis. Para ello deberá recorrer los enormes pacillos del Shopping de Fortune City.

DR 2 repite la misma fórmula de la primera parte. Nos movemos por un enorme mapa, eliminando zombis a nuestro paso, solo que ahora nuestro arsenal se mejoró, gracias a la incorporación de armas combinadas, como bates de baseball con clavos, guantes de box con cuchillos de casa o guitarras electricas de potente efecto sonoro. Todas estas armas pueden combinarse gracias a un sistema de cartas que vamos desbloqueando a medida que subimos de nivel. Tal y como sucediera en el primer Dead Rising podemos y leveleando a medida que aniquilamos zombis, algo que nos sirve para aumentar nuestra capacidad de salud y de espacio en el inventario.

Alcanzar el nivel máximo del juego (50) no es algo obligatorio para terminarlo, pero si recomendable para ver todas las cosas ridículas que Chuck puede crear para liquidar zombis. En Dead Rising 2 tenemos un sistema de tiempo el cual debemos respetar para hacer las misiones principales y las secundarias. Afortunadamente ahora no contamos con solo uno sino tres slots disponibles para salvar la partida, con lo cual ya no es obligatorio empezar todo el juego de nuevo si nos quedamos sin tiempo. Otro aspecto interesante radica en que las misiones de escoltar sobrevivientes ya no son tan tediosas, gracias a una inteligencia artificial mejor desarrollada.

Además de la historia principal, el juego cuenta con un modo multijugador, tanto cooperativo como competitivo, pero se tratan de competencias no muy divertidas siendo quizá su única utilidad el hecho de poder transportar el dinero ganado al personaje que tengamos en el juego principal. El dinero no es un dato menor para el juego ya que será necesario juntarlo para conseguir Zombrex, medicina que nos venden a un precio excesivamente caro.

Como conclusión, Dead Rising 2 es un juego sumamente divertido y adictivo, además de tener un nivel de dificultad ya no tan elevado como la primera parte. Como punto flojo no podemos dejar de mencionar sus serios problemas de frame rate, sobre todo cuando peleamos contra muchos zombis al mismo tiempo, y los largos tiempos de carga. Pero aún así esto no impide que podamos agarrar el arma que mas deseemos y nos pongamos a liquidar comecerebros como dios manda.





    el 25.09.10

 

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