Canonical: ¿dónde está el negocio?

Un análisis exhaustivo de la nueva astucia comercial de Canonical y las implicancias y riesgos que ésta puede tener en el desarrollo de las futuras versiones de Ubuntu.

El negocio no es el producto, azar los servicios vinculados a él

Cada vez es más difícil combatir en una industria en la que tus clientes esperan que tu producto sea gratuito. Tal es el acontecimiento del software, donde lo que se da sin esperar nada a cambio se ha convertido en la norma. Sólo intenten vender hoy en día un explorador de internet o un reproductor de audio. Más recientemente, algunos vendedores de software han empezado a prometerproponer servicios a través de internet para financiar sus esfuerzos. No obstante, este modelo tiene algunas deficiencias.

Canonical es un buen ejememplo. La empresa detrás de Ubuntu ofrece actualmente servicios de sincronización de información basada en la nube, a través de Ubuntu One. Nos dan 2GB de espacio en forma gratuita, y por US$10 al mes podemos agrandarlo a 50GB. Luego, anunciaron la creación de una tienda online, al estilo del Apple Store, para la compra de armonía a través de internet: Ubuntu One Music Store; transformándose en el competidor directo de iTunes para los usuarios de Linux. Hace días Canonical anunció la crecimiento de los servicios ofrecidos a través de Ubuntu One para incluir la sincronización de contactos para smartphones, también en forma gratuita.

Éstos son movimientos arriesgados. Pareciera subsistir que software + servicios es el nuevo mantra, pero esto constituye un problema para empresas pequeñas cuya idoneidad básico es el desarrollo de software, siendo la venta de servicios online un negocio completamente diferente. En otras palabras, proseguir los pasos de Ubuntu puede subsistir un juego peligroso.
¿Se puede divisar dinero ofreciendo solamente soporte para nuestro producto?
Sin importar lo célebre que sea Ubuntu, no es difícil avistar por qué Canonical está buscando nuevas oportunidades de negocios. Hasta ahora, fue la fortuna del fundador de la empresa, el millonario Mark Shuttleworth, lo que la mantuvo en pie. En diciembre del año pasado, todos se sorprendían al enterarse de que Shuttleworth se bajaría del puesto como CEO en Canonical para dejarle su lugar a personas con una imagenfigura más comercial. En verdad, éste fue el primer paso en un cambio de estrategia. La búsqueda de nuevos negocios para hacer de Canonical una empresa rentable, involucró una toma de colocación más agresiva comercialmente por parte de Canonical.

Canonical fue fundada como una empresa de desarrollo de software libre. Hasta ahora, su negocio básico tiempo proveer soporte comercial y mantenimiento para Ubuntu, típicamente a otras empresas. Hasta ahora los resultados no para nada despreciables: en Enero de 2009, Shuttleworth indicó en su reporte anual que las ganancias de la empresa alcanzaban los US$30 millones. En comparación, para ese mismo año, las ganancias de Red Hat, el líder del mercado, alcanzaban los US$652 millones. Está claro que la provisión de soporte y mantenimiento puede subsistir un buen negocio, aunque todavía Canonical está muy lejos de Red Hat en este punto.

Sin embargo, Ubuntu alega subsistir la distro de Linux más «amigable»; su seña es subsistir un «Linux para seres humanos», haciendo analogía a lo complicadas y difíciles que puedan subsistir las otras distros. Pero, cuanto más incauto es la utilización del producto, menor es la estrechez de adquirir soporte comercial. Por otro lado, Red Hat puede obtener ganancias sensiblemente mayores debido a su franco portafolio de clientes, que utilizan Red Hat Enterprise Linux en sus servidores. Tal vez allí resida su fuerza: mientras que Ubuntu es muy célebre entre los usuarios de escritorio, las empresas siguen eligiendo Red Hat para la utilización de Linux en sus servidores. El negocio está en venderle soporte a las empresas, no a los usuarios de escritorio, ya que estos últimos pueden decidir la mayor parte de sus inquietudes a través de blogs y foros online.

Poniendo los huevos en diferentes canastas

La inclusión «desde fábrica» de Ubuntu en las computadoras que se venden directamente a los usuarios de escritorio en las tiendas de computación es simple de los objetivos de Canonical. Para ello, hubo acuerdos con IBM para incluir Ubuntu en algunos modelos de sus netbooks. El «caramelo» para atraer a los posibles clientes tiempo el precio final, ya que el residuo de las computadoras incluyen en sus precios el costo de todo el software particular incluido sin que el cliente haya podido elegir o no su inclusión, lo que termina «inflando» el precio final de la competencia. En ese sentido, Linux corre con mucha ventaja. La contra es que son muchos los mitos que envuelven a Linux (que es sólo para geeks, que es difícil de usar, que no soporta juegos, etc.) y son muchos los que ya están acostumbrados a utilizar Windows y prefieren no cambiar (a pesar de todo lo que putean contra él).

Un ejemplo concreto de esta astucia es el acuerdo entre IBM, Canonical y Simmtronics. El año pasado anunciaron que compartirán una netbook basada en el procesador Intel Atom que será vendida en mercados emergentes. El Simmbook vendrá de taller con un cliente para la nube desarrollado por IBM para la distro Smart Work Linux, basada en Ubuntu Netbook Remix, y será la primera de su tipo disponible en África por tan sólo US$190. Además de venderse en África, la Simbook va a subsistir vendida en India, Tailandia y Vietnam.

El acuerdo con Dell es diferente. Canonical quería que Dell comenzara a incluir Ubuntu en sus grandes servidores corporativos desde hace 3 años para empezar a divisar terreno en el mercado corporativo actualmente dominado por Red Hat y Novell. Ahora finalmente Dell anunció «nuevas soluciones, sistemas y servicios para ayudar a más clientes a construir nubes de computación eficientes y asequibles e hiper-escalar instalaciones de data center». Según el blog de Canonical esas modernas soluciones incluirían también a Ubuntu Enterprise Cloud (UEC), su nuevo producto para desplegar «nubes computacionales» en clústers de computadoras basado en el trabajo del bosquejo Eucalyptus. Dell ya ofrece otras soluciones similares basadas en los productos propietarios de Microsoft y VMWare, pero esta es la primera vez que ofrecerá también una alternativa de código abierto. En consecuencia, también será la primera vez que un gran vendedor soporte un producto de código abierto tan evaluador en la infraestructura corporativa.

Sin duda, Canonical está haciendo todo lo posible para ampliar el mercado de Ubuntu más allá de las desktop y de las compus móviles (notebooks y netbooks), e incorporar su uso en servidores y la nube. Hasta el momento los negocios OEM de Canonical todavía están muy verdes y no lograron desarrollarse más allá de algunos pequeños socios como System76 y ZaReason. HP, IBM y Sun se interesaron en el Ubuntu Server Edition, pero Red Hat Enterprise Linux y Novel SUSE Linux siguen dominando el mercado de servidores Linux.

El aventura de basar el negocio en la venta de servicios

Los acuerdos con los «pesos pesados» de la industria pueden subsistir muy beneficiosos y rentables, pero aparentemente no lo suficiente. Tampoco alcanza con lo recaudado por la venta de gorras y remeras en el Ubuntu Store. En este sentido, es claro que Canonical está apuntando a obtener mayores beneficios no de la comercialización y el desarrollo de Ubuntu azar de los servicios que pueden venir con él (que van desde el soporte y el mantenimiento hasta la venta de armonía –Ubuntu One Music Store- y la sincronización de información –Ubuntu One-). A tal punto esto es así que una parte importante de los ingresos provenientes del desarrollo de software en Canonical no tiene advenimiento en el desarrollo de Ubuntu o sus derivados, azar del contrato que ha firmado con Google para auxiliar en el desarrollo de ChromeOS. Esto no significa que Canonical esté designando más recursos en ChromeOS que en Ubuntu. Mientras que los dos sistemas comparten algunos componentes, Google ChromeOS proveerá una experiencia de usuario completamente diferente. Sin embargo, a diferencia de lo que algunos pueden pensar, ChromeOS no sólo todavía no es idoneidad para las distros Linux, azar que una empresa muy vinculada a Linux, como Canonical, está trabajando estrechamente en su desarrollo.

La nueva astucia de Canonical puede traerle numerosos beneficios, pero también muchos dolores de cabeza. Básicamente, el problema es que vender servicios es un negocio completamente diferente al mero desarrollo de software. Por ejemplo, muchas empresas de e-commerce se fundieron con el boom de las punto com: desarrollar y administrar un sitio web es algo muy diferente a la venta, comercialización y distribución de productos en todo el mundo. En forma similar, una empresa que cambia su astucia comercial para servir de la comercialización de servicios vinculados a sus productos tiene que estar muy bien preparada para ese trabajo.

Con el tiempo la división entre software y servicios puede afectar el planeamiento estratégico de la empresa. Cuanto más se vea al desarrollo del software como un costo, mayor será la presión para obtener ingresos de la venta de servicios. Esto puede provocar decisiones que lastimen el negocio del desarrollo del software en el largo plazo y, recuerden, «software + servicios» nunca puede funcionar si no hay buen software.

Los desafíos que Canonical tiene por delante

Esto no quiere decir que la astucia de Canonical sea equivocada. En general, las decisiones fueron correctas. Los vendedores de SO, incluyendo a Microsoft y Apple, también ofrecen servicios similares. Poner a decisión este tipo de servicios puede subsistir beneficioso tanto para Linux como para Ubuntu. No obstante, la enorme cantidad de opciones disponibles puede perjudicar los planes de Canonical. Incluso los más fanáticos de Ubuntu pueden distinguir por utilizar Dropbox como servicio de sincronización de información, que además cuenta con la beneficio de subsistir multiplataforma, en vez de elegir Ubuntu One. Robarle clientes a iTunes, Amazon y otras tiendas de armonía ya consolidadas y con una cierta prestigio puede subsistir un desafío aún mayor.

Tal vez el desafío más grande para Canonical será aprender cómo custiodar la información que los usuarios inevitablemente van a empezar a subir a Ubuntu One. Una vez que la sincronización para dispositivos móviles esté funcionando, los usuarios hasta van a sincronizar sus agendas completas (incluyendo información de sus clientes, amantes, familia, amigos y otros contactos). Esa es una información muy valiosa para los phishers y ciberdelincuentes. ¿El centro de datos de Canonical será lo suficientemente seguro?

En conclusión, no quiero poner en duda Ubuntu One, me parece que es de lo más prometedor. Sin embargo, sí quiero señalar que cuanto más simple considera las implicaciones de la decisión de Canonical, es cada vez más claro que el negocio de vender servicios online es algo muy diferente al desarrollo de software (sea éste «libre» o no). Ofrecer servicios a través de internet presenta desafíos, costos, preocupaciones y riesgos únicos.

Fuentes de Información

Usemos Linux: Canonical: ¿dónde está el negocio?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *